Torreón de Huétor Tajar

Se trata de una torre de alquería datada en el siglo XIV, en época nazarí, que poseía un recinto amurallado alrededor, aún en parte reconocible. Conserva hoy día las cuatro plantas de las que constaba, visitables gracias a una reciente restauración. La torre, tras acabar su uso como defensa, ha tenido varios usos, desde casa de administración de la familia Montijo, en el siglo XIX, hasta, posteriormente, secadero e incluso discoteca.

Tiene una planta prácticamente cuadrada, de unos 7 metros de lado y 13,50 de altura. Principalmente, la torre está construida en tapial calicostrado, donde la parte inferior es maciza, sobre la que se levantan hasta cuatro plantas, aún hoy conservadas. La inferior probablemente era un aljibe como suele ser habitual en muchas de estas estructuras. El forjado actual de esa planta es de viguetas modernas, pero el mayor grosor de los muros indica que su función fue seguramente la de contener agua. De hecho, como también es común, la puerta de acceso se sitúa en la primera planta, que si sería habitable. El vano se abre en el lateral meridional y aún conserva la gorronera en la parte superior para anclar el gozne de la puerta. La segunda planta tiene una ventana abierta al lado occidental, mientras que la tercera tiene dos, al norte y al sur. Desde ahí se accede a la terraza por una escalera de caracol protegida por una garita cilíndrica con cúpula.

En el lateral meridional se encuentra otro espacio con tres naves paralelas, de 3,30 de ancho por 17,50 metros de largo. Están cubiertas por bóvedas de cañón de ladrillo y comunicadas entre sí por cinco arcos, respectivamente. Su función pudo ser también la de aljibe a tenor del grosor de los muros, que alcanzan el metro y medio en los lados mayores y uno en los cortos. Estaba circundada por una muralla que se conservó hasta la primera mitad del siglo XX, según el testimonio de los propios vecinos, y que configuraba la defensa como un auténtico castillo más allá de la torre como elemento aislado.